
Hace algunos años, cuando iba en el transporte rumbo a mi trabajo, observaba que muy temprano deambulaban personas en situación de calle y esta escena se repetía día con día, por esa razón cuando llegaba la época de frío, me preocupaban estas personas pues algunas no tenían qué taparse.
No recuerdo cuál fue el primer acercamiento que tuve con ellos, pero mis ganas de ayudar eran más fuertes que el temor que podía sentir al acercarme, no sabía cómo iban a reaccionar, sin embargo me armé de valor y un día que hacía muchísimo frío y yo temblaba a pesar de mis guantes, abrigo y bufanda vi a una persona acostada en la banqueta, me sentí tan mal que me bajé corriendo del transporte y fui a comprarle un café y una dona, le pedí permiso para acercarme hablándole de usted y me agradeció mucho, en otra ocasión les compré ropa térmica a dos hombres ya mayores, y recuerdo perfecto su cara de asombro al recibirla.
Posteriormente investigué y encontré que hay varios Albergues para Indigentes en diferentes puntos de la ciudad y para diciembre llamé y pedí permiso de llevar pollos rostizado, afortunadamente me dieron la oportunidad de servirles en sus respectivos platos, ahí me informaron que en temporada de frío asisten más de 300 personas diariamente, por lo que las filas son enormes.
Nunca olvidaré esa primera ocasión que acudí al Albergue Varonil en la Colonia Viaducto Piedad, ya que pude observar que en esa enorme fila había hombres en silla de ruedas, con muletas, con muy poca ropa que los cubriera, otros sin embargo lucían limpios y bañados, estos últimos regularmente son personas que llegan de otros Estados de la República, trabajan en los mercados cargando bultos y acuden a estos sitios a dormir y comer algo, unos eran muy serios, otros hacían bromas, unos olían mal, pero eso no importaba, ya que el contacto visual que se hace con ellos y la cara de agradecimiento que muestran al recibir su plato con comida caliente, te llena el alma de alegría.
Según un artículo de NEXOS de Enero del 2018 titulado “La indigencia en la metrópoli: olvidados y estropeados en la Ciudad de México”, hace mención que sólo el 28% de los casos de indigencia en la Ciudad de México se debe a cuestiones económicas, el 72% restante es por problemas familiares, adicciones y problemas de salud física o mental.

Definitivamente la población que más preocupa y que corre más peligro son los niños, ya que sufren de maltrato, violencia, están expuestos a diferentes enfermedades por falta de higiene y lo peor es que pueden ser reclutados por grupos delictivos y consumir drogas.
Hay muchas formas de ayudar; con Donativos económicos, en especie, como Voluntario de acuerdo a la disponibilidad de horario, o como Voluntario de acuerdo a las habilidades profesionales.

A continuación, les enlisto algunas Fundaciones que dan apoyo a estos niños, pero en internet la lista es inmensa:
- Fundación Pro Niños de la Calle, I.A.P. www.proninosdelacalle.org.mx
- Fundación Cadena de Sonrisas, A.C. www.cadenadesonrisas.org.mx
- Fundación Renacimiento I.A.P. www.fundacionrenacimiento.org
- Hogares Providencia, I.A.P. www.hogaresprovidencia.org.mx
Centros de Asistencia e Integración Social
Coruña Jóvenes
Sur 65-A 3246, Colonia Viaducto Piedad Delegación Iztacalco, entre Coruña y Santa Anita.
Villa Mujeres
Av. Margarita Maza de Juárez No. 150 Bis Colonia Patera Vallejo, C.P. 07690